Desde mi rincón...

Pues sí. Otra vez aquí.
(Cuanto tiempo ha pasado. Cuantas cosas...)

Por fin puedo decir que acabó oficialmente mi eterna mudanza. Vuelvo a estar en mi antigua habitación, en casa de mi madre. Ahora ya un poco tranquila, después de más de 24 horas trayendo y tirando trastos y de una maratón de reubicar/colocar/mezclar a presión mis recuerdos con lo que hasta hace dos días era mi vida actual.

Doy un vistazo a mi alrededor y aún me asombro de como he podido hacer lo que parecía imposible. Meter en una habitación pequeñita y repleta de cosas, otra también hasta arriba pero mucho más grande.
(Confirmado, soy una crack :) )

Ayer, en la cama, pensaba que en menos de un mes volveré a tener esta sensación de "estar entre dos mundos" pero a lo grande. Y que qué pereza, volver a remover cosas, hacer maletas...
Hoy se me ha pasado, incluso tengo ganas (¡qué grande el ser humano y su poder de adaptación!)
Voy a darme, eso sí, una semana de descanso. Quiero disfrutar (incluso cansarme) de mi familia, de la vida en casa de nuevo. Y de esta sensación extraña, agridulce, que me provoca el haber vuelto.
Después, durante dos semanas, ya me volveré a poner el chip de caracol y pensaré en que bonita concha me apetece llevarme para mi aventura.

Mientras tanto, estos días que vienen, me regalo un merecido RELAX!!
(Lo que implica una nota mental: prohibido ponerse muy nerviosa pasado mañana, en el examen del carnet :p)